domingo, octubre 27, 2013

Elmektuba; semana de conferencias y encuentros en Girona y Barcelona, e imprevistos acontecimientos



La cultura saharaui que bebí desde niño me enseñó una filosofía muy práctica para la vida, a fin de no arrastrar altibajos ni embrollos en el día a día. Los saharauis lo entienden como una filosofía limpia, abierta y sin límites en sus múltiples enseñanzas. Entender que en el transcurso de los días sólo pasan las cosas, buenas o malas, que ya estaban predestinadas en nuestra vida, es decir la inevitable elmaktuba [1], lo que tenía que pasar siguiendo su curso.
Y como ejemplo de ese concepto realista saharaui de elmaktuba, me sucedió que en mi agenda de trabajo tenía previsto estar en Sudamérica desde el día 1 al 20 de octubre con la vuelta de regreso muy ajustada para mi siguiente viaje. Pero elmaktuba ganó, como siempre, en su inequívoca lectura de los pasos que damos diariamente en nuestra vida. De un momento a otro se pospuso el previsto viaje a Uruguay, y se retomó el que estaba programado para Catalunya. Pasos inevitables que me han llevado a varias sorpresas, algunas muy buenas, y otras simplemente efectos de esa "escrita", que a veces trae consecuencias trágicas y tristes.
El martes 22 de octubre llegué a la bella ciudad de Girona, arropado por amigos que me hicieron sentir uno de los suyos. Disfruté junto a ellos de los centenarios muros de su universidad, anclada en lo más alto del casco viejo, encuadrada por su majestuosa muralla, y rodeada de antiguos bares y el bullicio de sus estudiantes, alma máter de todo centro de enseñanza, que se aglomeraban en las amplias escalinatas. El día comenzó con amigos, charlas en terrazas abiertas de antiguas tabernas, visitas a los edificios más emblemáticos de la universidad, y encuentro al fin con académicos amigos de la causa saharaui, profesionales de la antropología, arqueología e historia del arte. Y de la mano del libro que presentaba, “La maestra que me enseñó en una tabla de madera”, motivo principal de mi viaje, la jornada de ese día culminó en el Barri Vell, en una sala de conferencias, para repasar a través del libro la historia del pueblo saharaui, retomada en su dimensión de pasado y presente, y contada a través de la vida de una madre y maestra saharaui.
El periplo de “La maestra” se retomaba el 23 de octubre en la Biblioteca del distrito barcelonés de Can Mariner de Horta, con la calurosa acogida de los amigos del Sahara, representados en la Coordinadora de Asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui, ACAPS Catalunya. Me dio gran alegría ver a mi compañero de generación Mah Yahdih, de la Delegación del Frente Polisario en Catalunya. De nuevo la historia saharaui cobró vida, en una sala llena de amigos y de compatriotas de  la comunidad saharaui, a través de debates, preguntas y reflexiones.
Y fue aquel un día más supeditado por el curso marcado por elmaktuba. Aquella misma mañana había recibido un correo de una buena amiga, profesora universitaria a quien conocí en mis conferencias en California, y a la que llevaba seis años sin ver. En su mensaje me decía:
“Bahia, estoy en el aeropuerto de Paris procedente de Minnesota; vengo con los niños y mi marido. Presentaré el 24 una ponencia en el First International Symposium of Mens et Mensa: Society for the Study of Food in the Middle Ages. Acoge el encuentro Institut d’Estudis Catalans, Barcelona, October 24-25, 2013. Te escribiré en cuanto lleguemos, y acordamos cómo vernos”.
El jueves 24 octubre, “La maestra que me enseñó en una tabla de madera” y yo, nos encontramos de nuevo en otro distrito histórico de Barcelona, el barrio de Gracia, y como en las anteriores ocasiones, el salón de conferencias se llenó de simpatizantes de la causa saharaui. Compartió conmigo la mesa otro gran amigo de la causa, Toni Guirao, procedente de Mataró. Todos ellos iluminaron con su presencia la presentación del libro, siempre con la constante presencia de la histórica amiga de nuestra causa nacional, Nuria Salamé, que seguía y coordinaba, junto con Miquel Cartró y Patricia Hidalgo, el recorrido de libro por Barcelona, sus barrios y pueblos.
En medio de la apretada agenda tenía que buscar un hueco para mis amigos de Minnesota; pensé dedicarles todo el viernes por la mañana, pero algo trágico sucedió en el camino a un amigo de la causa en Vilafranca, donde estaba prevista la última presentación de “La maestra” el viernes 25 por la tarde. Ese algo que mencionaba al principio y que consistía en esos pasos inevitables que llevan a lo inesperado, en ocasiones bueno, y otras veces, simplemente por efecto de esa maktuba, de trágicas y tristes consecuencias.
Pero esos años que he vivido el drama de mi gente me enseñaron a saber afrontar los momentos difíciles, como lo sucedido a nuestro amigo de Vilafranca, y compaginarlos con momentos de alegría para poder proseguir el camino. Mi buena amiga de Minnesota había vuelto a escribir para quedar ese viernes por la mañana. Grande fue mi alegría al lograr al fin el inesperado reencuentro con esas entrañables personas, con las que pasé un inolvidable rato, y de las que me despedí en el patio de la Biblioteca Nacional de Catalunya. Allí jugué una partida de ajedrez con el pequeño hijo de mi amiga; el niño, con gran habilidad, concluyó la partida con un “jate mate” a su favor a “mi acorralado rey”, porque las reinas ya las habíamos ejecutado por mutua decisión. Quisimos que los peones sólo abrieran algunos primeros pasos, sin someterlos a una inútil defensa de un “King” y una “Queen”, que siempre en mi conciencia están descabezados.
En esta inolvidable gira de “La maestra” en Catalunya, elmaktuba me trajo la gran alegría del inesperado reencuentro con mis amigos estadounidenses. Pero “la escrita” nos mostró su cara más amarga con la pérdida de un gran amigo de la causa saharaui. Que en paz descanse, mientras que el compromiso con nuestra lucha del que nos dejó, lo continúan sus compañeros que siguen transitando las sendas hacia un Sahara soberano.


[1] Se entiende por este vocablo expresado en hasania, lengua de los saharauis, los hechos que pasarán a lo largo de la vida del hombre. Se entiende en la cultura saharaui que todos nuestros pasos están de antes predestinados, sin que sepamos de ellos. Suceden de la forma que Dios los escribió sobre el lomo de nuestra espalda. Pasos que pueden ser buenos o malos en nuestra vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esplendido!!!!! gracias por todo lo que nos has dado...un buen legado. Nuria.

Anónimo dijo...

La gran bandera del Saharaui; pueblo este que juré defender;! Viva la RASD, venceremos,viviremos.

Anónimo dijo...

Gracias queridos amigos, por las halagüeñas palabras y el buen sentir que habéis experimentado conmigo, contándoles la historia del pueblo saharaui.

Con vosotros nuestra victoria sobre la injusticia está asegurada, y junto a vosotros el anhelado día que todos aspiramos,se acerca, y ese día no lejano lucirá inevitablemente con esplendor sobre todos nosotros. Bahia MH Awah